Si tu perro usa arnés a diario, hay un detalle que probablemente estés pasando por alto y que puede afectar directamente su piel y su comodidad. La mayoría de los dueños colocan el arnés, salen a pasear y lo retiran sin más, sin pensar en lo que ocurre bajo esas zonas: pelo enredado, suciedad acumulada e incluso pequeñas irritaciones que pueden convertirse en un problema mayor.
La buena noticia es que evitarlo es tan simple como cepillar la zona donde se coloca el arnés. Este gesto, que apenas te llevará un par de minutos, tiene beneficios enormes para tu perro:
✅ Evita irritaciones y nudos: El roce constante del arnés, especialmente en perros de pelo largo o denso, puede causar enredos y molestias en la piel. Un cepillado rápido mantiene el pelo suelto y sin tirones.
✅ Elimina suciedad y parásitos: Esa zona acumula polvo, sudor y restos que pueden convertirse en un imán para ácaros y pulgas. Cepillar es tu primera línea de defensa.
✅ Detecta problemas a tiempo: Mientras cepillas, puedes notar pequeñas heridas, rojeces o parásitos antes de que se agraven.
✅ Mejora la circulación y el brillo del pelo: No solo previene problemas: el cepillado estimula la piel, favoreciendo un pelaje más sano y brillante.
Cómo hacerlo bien (sin irritar a tu perro)
- Elige el cepillo adecuado: Cardador para pelo largo, guante de goma o cerdas suaves para pelo corto.
- Cepilla con suavidad: Siempre en la dirección del crecimiento del pelo, sin tirones ni prisas.
- No olvides el arnés: Límpialo regularmente; un arnés sucio anula todo tu esfuerzo. Los arneses con interiores transpirables son una muy buena opción, sobretodo en verano. Ayudan a transpirar y oxigenar la piel y aportan un secado rápido para evitar la humedad y el encrespamiento.
Conclusión:
El arnés no debería ser un enemigo silencioso para la piel de tu perro. Con un cepillado rápido después de cada paseo, evitas el error que cometen la mayoría de dueños y mejoras su bienestar de forma inmediata.
